Boda en Torre del Pino: Lorena y Lucas

La boda en Torre del Pino de Lorena y Lucas es una de esas que permanecerá en nuestra memoria por mucho tiempo. Esta es una de esas parejas con la que sientes una conexión especial desde el primer café. Ellos me contaron con todo su cariño cómo iban a realizar su boda, y en sus ojos vi esa ilusión tan especial de las parejas que están muy, muy enamoradas.

Sin duda, volver a contar con nuestras cámaras una boda en Torre del Pino ya era un aliciente extra, ya que es uno de esos sitios con los que también sentimos una conexión especial. Además, supimos que volvíamos a coincidir con Isabel, otra de las personas con las que hemos compartido bodas como la de Pilar y Pablo y con la que tenemos una química perfecta.

Preparativos en la finca

Además, también supimos que tanto Lorena como Lucas iban a hacer los preparativos en la misma finca, algo que nos da multitud de opciones y de momentos bonitos. Y, todo sea dicho de paso, los preparativos de boda en Torre del Pino siempre son especiales, ya que las habitaciones y los espacios destinados a tal efecto son espectaculares.

Con todas estas premisas, no hace falta decir que las expectativas eran altas, y, una vez más, los acontecimientos estuvieron por encima de ellas. Todo el trato que recibimos por parte de Lorena, Lucas y sus familiares fue maravilloso. Nos hicieron sentir como en casa, algo que colaboró para que todo fluyese de manera perfecta. Cuando decimos que tenemos uno de los trabajos más agradecidos del mundo es por días como este.

Boda a finales de verano

La boda en Torre del Pino de Lorena y Lucas se celebró a finales de verano. Merced a las buenas temperaturas de esa parte del año, ni el calor ni el frío fueron protagonistas del evento. Todo lo contrario. Tanto la ceremonia como la discoteca, en la parte exterior del salón, se desarrollaron con una temperatura perfecta. Es cierto que la agenda se aprieta en esta época del año, pero merece la pena hacer un esfuerzo por buscar fecha en ese momento, ya que es mucho más llevadero.

¡Lagrimillas a raudales!

Como no, hay que destacar la tremenda emoción que se vivió durante toda la celebración. Las lágrimas fueron un elemento muy presente, unas lágrimas de emoción que nos recuerdan lo vivos que estamos por dentro. ¡Pero no todo fue emocionarse! Los abrazos, la ilusión, la risa y los buenos deseos acompañaron a Lorena y Lucas durante cada segundo de su boda en Torre del Pino. Fue, a decir verdad, una boda redonda.

Como colofón, quiero agradecer a Lorena y Lucas, en primer lugar, su forma de ser. Son de esas parejas que todos deberíamos tener cerca, por el cariño y la ilusión que transmiten. ¡No se os ocurra cambiar! Como no, también millones de gracias por hacernos sentir mejor que en nuestra propia casa. ¡Sois geniales!