¡La boda de Raquel en primera persona!

boda lluviosa en Zaragoza

 

¡La boda de Raquel en primera persona!

 

¡Hola a todos! Lo primero os pido paciencia porque, ¡es la primera vez que escribo una entrada para el blog!  La gran mayoría ya me conocéis pero para los que no, mi nombre es Raquel y soy la mano derecha de José Manuel. Lo que a lo mejor muchos no sabéis, es que hace casi dos años yo estuve en vuestra posición. ¡Sí sí! ¡Ahí, al otro lado de la cámara!

Ahora lo recuerdo como una época súper especial y feliz, y me gustaría contaros cómo lo viví en esos momentos.

Para empezar, quería hablar de los “topicazos” que siempre decimos como novias. A mí también me decían que tenía que explotar al máximo el tiempo y que debía disfrutar a tope porque pasaba en un abrir y cerrar de ojos… ¡Pero es que es verdad!

Raquel y Jose Manuel

Los preparativos

 

Comenzamos con los preparativos de la boda muy pronto (sí, soy muy ansiosa y quería hacerlo todo YA, aunque faltara año y medio para nuestro gran día) y además había ciertas cosas que teníamos muy claras desde el principio: ¿Os imagináis cuál fue una de ellas?

Efectivamente, si decidimos casarnos un 30 de diciembre de 2016, el 31 ya estábamos celebrando el año nuevo y diciéndoselo a un ser querido muy especial: ¡José Manuel! Después nos relajamos un poco y ya el resto de las cosas comenzamos a mirarlas cuando iba quedando un año o menos. Un consejo: escucharos el uno al otro. No vais a estar de acuerdo en todo, pero hay que pensar en que la boda es de los dos, no solo de una parte. A nosotros nos dijeron por todos lados que iba a ser muy estresante y que íbamos a discutir un montón. Sin embargo, ¡nosotros disfrutamos de ello en cada momento!

Bueno, nuestro día llegó, y con todo ello…. ¡Llegó la dichosa lluvia! A toro pasado os digo: sí, fue un chasco que nos lloviese ese día, NUESTRO DÍA, pero gracias a los profesionales que teníamos a nuestro lado y al hecho de ser un poco previsores, ¡todo salió a pedir de boca! Sé que es fácil decirlo, pero no penséis ni os deis mal por el tiempo que vaya a hacer ese día, porque lo único que conseguiréis será pasar una semana horrible pensando en el tiempo y no disfrutaréis (lo digo por experiencia).

 

¡Nervios fuera!

 

Lo primero que recuerdo como uno de mis mejores momentos del día fue cuando llegué en el coche y vi a Dani, mi ya marido. Él no es una persona nerviosa ni de emocionarse delante de todo el mundo, ¡y en ese momento estaba súper emocionado! Cuando le vi, se me olvidó el día que hacía, si se me iba a mojar el vestido, la salida… ¡todo! Y empecé a relajarme y disfrutar del día.

Para mí, un truco que me sirvió fue el hacerme un peinado alto. Sé que parecerá una tontería, pero es un día en que todo el mundo va a cogerte, abrazarte, darte besos… y siempre en un pequeño espacio vital; así que el hecho de llevar un recogido más bien alto me ayudó a que la gente no me destrozara el peinado.

Lo bueno de que el día no fuese el perfecto (por si aún no os habéis enterado: llovía a mares), es que ves cómo los profesionales que contratas piensan en todo y siempre tienen un plan B. Después de la ceremonia, dejó de llover un rato y pudimos hacer la salida y las fotos de invitados, pero en cuanto empezó a llover tuvimos que parar. En aquel momento supe que tendríamos que dejar las fotos que teníamos pensadas para ese día, pero no pensé que José Manuel, en cuestión de un segundo, iba a tener una solución. Cambió por completo el itinerario y aún así conseguimos fotos de ese día: en el coche, por el hotel donde celebrábamos el banquete, en nuestra habitación… ¡Y porque ya no le dejé más, que por él aún seguiría ahí dando el callo!

 

La importancia de la Postboda

 

Y ahí va otra de mis recomendaciones 100%: ¡haced postboda! Nosotros pudimos relajarnos y dejar de pensar en tener fotos de nosotros solos de ese día, porque sabíamos que después íbamos a tener una sesión de fotos de postboda. Sin duda lo mejor que podíamos haber hecho, ¡porque el día de nuestra postboda fue estupendo!

Con nuestro hotel también habíamos hablado del plan B y, tengo que decir, que más de una persona pensó que eso no era el plan B sino el A, ¡de lo bien que lo montaron todo! Así que no dudéis en preguntar cómo lo harían en caso de que haga mal tiempo (ya no solo lluvia, sino viento, frío…) e intentar llegar a un acuerdo entre ambas partes.

¡Ah! Y no os preocupéis, no todo va a salir como esperabais. Vosotros vais a querer tenerlo todo controlado, pero no podéis pensar siempre en todo. Los amigos os harán alguna SEGURO, como traer una bocina al banquete y que ese sea su regalo (tuve que esconderla para que parasen jajaja), que te rompan el Donut Bar y te encuentres a tus amigas riendo a carcajadas sin saber qué ha ocurrido (y echarse la culpa unas a otras) o que dejes que tus amigos le pidan música al DJ y ¡acabe siendo un “garito heavy” toda la noche! Eso sí, si queréis que haya canciones que no suenen en vuestra boda, decídselo al DJ, yo veté la canción de Despacito porque sabía que la pediría alguien ¡solo para fastidiarme a mí!

 

Por último, deciros que vais a escuchar un montón de opiniones, os van a decir cómo debéis hacer esto o aquello… Escuchadles, pero recordad: es vuestro día, y lo que para unos sirve, para otros no. No hagáis algo que no queráis por el simple hecho de que sea lo que se lleve, esté de moda o por el contrario sea lo tradicional. Sed vosotros mismos y… ¡DISFRUTAD!

Espero que os haya gustado, ¡un abrazo!

Raquel

Puedes ver un resumen completo de la boda de Raquel en este enlace

 

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