La postboda de Estefanía y Antonio.

Hace unas semanas tuve el placer de presentaros la boda de Estefanía y Antonio. Tras su luna de miel, volví a reunirme con ellos para hacer su reportaje de postboda por las calles de Zaragoza. A fin de cuentas, su boda se había celebrado en la Basílica del Pilar, pero, fruto del propio ritmo frenético de un evento como este, no habían podido hacer un reportaje de pareja con el templo como fondo.

Así que nos pusimos manos a la obra. En primer lugar, como es habitual, trazamos una ruta que nos permitiese obtener una buena variedad de imágenes. En consecuencia, planeamos un primer tramo de sesión orientado a pasear por la zona de la Plaza de la Seo y poder jugar con las luces, las sombras y otros elementos del lugar. Aquí pudimos “trasladar” a la pareja hasta el imperio romano. 😉

Una tarde para disfrutar

En esta primera parte de la postboda se busca la creatividad que ofrece la luz más dura de la tarde, ahondando en la parte más artística de la sesión. Fruto de este trabajo son las fotos que podéis ver en primer lugar.

A continuación, y tras una tanda de imágenes en la misma plaza del Pilar, animé a Estefanía y Antonio a que tomasen un café (vaya frío que hacía y cómo apetecía) mientras yo caminaba por el exterior. Me pareció divertido retratar a la pareja mientras tenían ese momento de intimidad y complicidad, un recuerdo muy diferente de la Postboda.

El pozo de San Lázaro

Minutos después, caminamos por el Puente de Piedra hasta el pozo de San Lázaro. Como decía anteriormente, la sesión se hizo una fría tarde de otoño que, además de gélida, era ventosa. Como siempre digo, no hay mal que por bien no venga, y me alié con ese viento para buscar un efecto de movimiento con el velo de Estefanía. En el propio pozo de San Lázaro traté de aportar mi visión personal a una foto muy típica, pero a la que siempre se le puede buscar un “lado B”.

Personalmente, encuentro muy gratificantes estos retos de buscar cosas un poquito diferentes donde ya has estado muchas veces. Eso mismo me sucedió en el Parque del Agua, que era nuestro siguiente destino.

Últimos rayos de sol

Para cerrar el círculo perfecto, guardé para el final de la Postboda una tanda de fotos más románticas e íntimas. Una vez en la soledad del Parque, jugamos con esos últimos momentos de luz para trasladar a la pareja a una atmósfera de tranquilidad y naturalidad total. Esa sinceridad y realidad me parece fundamental y, en este caso, creo que fue el broche perfecto para la sesión.

Hacer Postbodas en un escenario en el que he trabajado tantas veces requiere un esfuerzo extra. Como fotógrafo, necesito buscar nuevos puntos de vista y huir de lo que ya he hecho, ofreciendo siempre algo original y diferente. Esto, en contra de lo que puede parecer, es más estimulante que difícil.

¡Y cómo no! Muchísimas gracias a Estefanía y Antonio por su compañía, su cariño y toda su amabilidad. ¡Sed muy felices!

Fotos de José Manuel