Boda en Santa Ana
Boda en Santa Ana
Hoy tengo el gusto de presentaros una boda en Santa Ana. Este lugar, uno de los más solicitados en Zaragoza, es por derecho propio uno de los más valorados de la ciudad. A la vez, por si amplitud, sus diferentes espacios y todas las posibilidades que ofrece a nivel fotográfico, también lo tengo como uno de mis lugares favoritos para trabajar. Muchas han sido las bodas que hemos podido vivir en este sitio y cada una ellas con un perfecto sabor de boca.
En este caso, Nerea y Gabriel, protagonistas de esta entrada, eligieron hacer su boda en Santa Ana tras la celebración religiosa en la iglesia de San Antonio. Su gran día fue una fiesta completa, alocada por momentos, emotiva en otros y, en cualquier caso, un compendio perfecto de emociones a flor de piel.
Los preparativos
Pero, horas antes de todo esto, el día comenzaba con los preparativos de Nerea. Como siempre, me gusta vivir las primeras horas acompañando a la novia en su proceso de peluquería y maquillaje. Estos primeros instantes del día siempre dejan los primeros momentos dignos de recordar.
Por su parte, Gabriel llevaba a cabo sus preparativos en la casa familiar de sus padres. Acompañado por sus hermanos, disfrutó entre muchas risas y bromas de las horas previas a la boda en Santa Ana.
Gran ceremonia
En este caso, la boda de Nerea y Gabriel fue francamente especial. Ellos pertenecen a un grupo Scout, por lo que durante algunas partes de la ceremonia se cantó y se vivió cada momento de un modo especial. Sin duda, fue una boda divertida, juvenil y llena de emociones fuertes.
Tras las fotos de familia en la propia iglesia de San Antonio, los autobuses se pusieron en marcha y seguimos contando su boda en Santa Ana. La llegada al picoteo fue espectacular. Como decía antes, la enorme cantidad de gente joven invitada al evento lo hacían muy, muy divertido. Cánticos, juegos, abrazos… la fiesta era absoluta.
Variedad de emociones
Una vez llegado el banquete, Nerea y Gabriel se dispusieron para ver todo el catálogo de sorpresas que les tenían reservados. Vivimos actuaciones de humor, bromas de sus primos, juegos hilarantes y, como no, también hubo espacio para los momentos más emotivos. La familia de Gabriel les dedicó una preciosa canción; concretamente, su hermana pequeña fue la encargada de cantar. Pura emoción.
La hora del baile llegó al filo del anochecer. Nerea y Gabriel cumplieron de sobras con el protocolo y demostraron lo bien entrenado que tenían este momento. Tras esto, llegó una de esas vivencias especiales que encontramos en algunas ocasiones. Para su boda en Santa Ana, la pareja había preparado una “actuación” en la que prendieron dos bengalas, se colocaron dos penachos de indio y pusieron el himno de su grupo Scout.
Para ser sincero, las palabras no llegan a describir lo emocionante que fue el momento, por lo que creo que, mucho mejor, es que lo hagan las fotos.
Fin de fiesta
Tras este épico momento llegó el turno de retirarnos. Tras más de doce horas contando la boda en Santa Ana de Nerea y Gabriel nos llegaba el turno de descansar. Habíamos vivido un día alucinante, lleno de sorpresas y teníamos adrenalina para dar y vender.
Gracias de corazón a Nerea y Gabriel por el maravilloso trato que nos dieron. Fue un verdadero lujo acompañaros. ¡No cambiéis nunca!
Fotos de José Manuel y Raquel
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