Postboda en el Pirineo aragonés

Cada vez son más las parejas que deciden hacer su postboda en el Pirineo aragonés. Si bien es cierto que, durante los años 2017, 2018 e incluso 2019, muchas parejas apostaron por el mar, nos podemos negar que cada vez más personas se decantan por las montañas oscenses. Y no es raro. A fin de cuentas, están muy cerca de Zaragoza, ofrecen paisajes maravillosos y una amplia mayoría de nosotros tenemos un vínculo especial con ellas.

Además, otra tendencia al alza es realizar la sesión en temporada de invierno. Pensar en una postboda en el Pirineo aragonés nevado es pensar en la magia del territorio blanco. Es cierto que requiere un poquito más de esfuerzo, pero estoy seguro de que el resultado final bien merece la pena.

Viaje al Valle de Tena

Y este fue el caso de Ana y Víctor. Su boda se celebró a finales de año en Zaragoza y desde el primer momento tuvieron en mente hacer su Postboda en el Pirineo aragonés. En su caso, eligieron el Valle de Tena, uno de los lugares más visitados por la gente de nuestra ciudad y en el que ya hemos trabajado en numerosas ocasiones.

Pero, a pesar de este hecho, debo reconocer que aquel día vivimos una sesión muy diferente. Como decía antes, son muchas las veces que hemos viajado hasta este punto del mapa, pero fue la primera ocasión que planeamos pasear por el embalse de Lanuza, con la fortuna de encontrarlo helado y repleto de nieve.

Una temperatura perfecta

Como supondréis, con un paisaje tan bucólico y emocionante como este, la postboda de Ana y Víctor fue una de las más especiales de los últimos tiempos. La gran cantidad de nieve se convirtió en la mejor aliada y, aunque un poquito de frío si tocó pasar, Ana llegó incluso a pasear con su vestido de tirantes por los lugares nevados. Cosas del cambio climático, a finales de diciembre nos encontramos con una temperatura cercana a los 15 grados.

Obviamente, este factor es imposible de controlar, pero no es un hecho aislado. A las pocas semanas regresamos para realizar otra Postboda en el Pirineo aragonés y se repitió la escena. Por este motivo decía que cada vez más gente se anima a desafiar al frío y hacer una sesión irrepetible en uno de los lugares más bellos de Aragón.

Experiencia completa

Con Ana y Víctor paseamos por bosques, nos acercamos a las pistas de ski y también caminamos por las calles de Biescas. Como siempre, planeamos una sesión variada, divertida y a la vez relajada, para que todo estuviese en equilibrio y la pareja disfrutase de la experiencia al máximo.

¡Y hasta aquí el resumen de la Postboda en el Pirineo aragonés de Ana y Víctor! Gracias a ellos por su simpatía, cariño y amabilidad. ¡Os deseo todo lo mejor! Al resto, como siempre, muchísimas gracias por leer la entrada y ver las fotos. ¡Espero que os gusten!

Fotos de José Manuel.